Abogado de medicamentos defectuosos de Fort Lauderdale

Tipos de casos de drogas peligrosas

Cuando los tratamientos médicos que se suponía que te ayudarían te causan más lesiones, es posible que tengas derecho a una compensación por parte de la parte responsable. Si sufriste una lesión porque un medicamento o dispositivo médico era peligroso o defectuoso, porque el fabricante no informó a los consumidores sobre los riesgos, o porque la dosificación era incorrecta, podría ser necesario presentar una reclamación por lesiones causadas por drogas.

Aproximadamente cuatro de cada cinco estadounidenses toman al menos un medicamento recetado, y casi el 30 por ciento de la población toma cinco o más, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Desafortunadamente, como explica el CDC, “los eventos adversos relacionados con medicamentos (ADE) son un grave problema de salud pública”. Aproximadamente 700,000 personas tienen que ser llevadas de urgencia a la sala de emergencias cada año debido a ADE.

Muchos productos farmacéuticos, implantes médicos y dispositivos médicos han causado complicaciones de salud y efectos secundarios peligrosos en los pacientes. Hay varios tipos de medicamentos o productos que pueden ser defectuosos o causar lesiones, incluyendo:

• analgésicos;
• terapia de testosterona baja;
• Lipitor;
• productos químicos para diálisis renal;
• medicamentos para la diabetes;
• medicamentos para adelgazar;
• anticonceptivos, parches e implantes;
• antidepresivos;
• antibióticos; y
• medicamentos para dejar de fumar.

Las compañías farmacéuticas pueden actuar con negligencia

Las compañías farmacéuticas deben probar sus productos a fondo antes de ponerlos en el mercado. Están obligadas a proporcionar advertencias adecuadas sobre posibles efectos secundarios peligrosos, y deben comercializar los medicamentos de manera apropiada.

Desafortunadamente, muchas compañías evaden las reglas. Algunas pueden:

• lanzar medicamentos a pesar de que pueden causar complicaciones de salud perjudiciales;
• subestimar las posibles complicaciones a largo plazo;
• patrocinar estudios para obtener informes favorables (y sesgados) sobre sus medicamentos; y
• comercializar medicamentos para fines inseguros.