En marzo de 2016, una madre vio a su hija bebé tragar una batería de litio. Ella llamó al 911 y tuvo a su bebé transportado al hospital, donde insistió en que la batería fuera removida de inmediato. Sin embargo, el médico informó a los padres que el caso era comparable al de la ingestión de una moneda. A pesar de las recomendaciones de los centros de control de venenos de que la batería fuera removida dentro de las dos horas, no fue sacada del bebé hasta después de que habían transcurrido cinco horas.
Como consecuencia, el bebé sufrió una quemadura eléctrica en su esófago y necesitó una cirugía adicional. Los padres dijeron que han gastado entre $300,000 y $400,000 en gastos médicos para el tratamiento necesario de su bebé. Además, la madre de la niña, que trabaja como asistente de enfermería, tomó una licencia de ausencia del trabajo y regresó a trabajar a tiempo parcial para poder cuidar a su hija.
Como resultado, los padres presentaron una demanda por negligencia médica contra el médico involucrado y el Wolfson Children’s Hospital en Jacksonville, Florida. Afirman que la negligencia por parte del hospital y del doctor hizo que su bebé de 19 meses sufriera problemas de salud graves. Como informó Fox News, la demanda alega que el hospital no cumplió con las recomendaciones del centro de control de venenos y que el Dr. David Smith minimizó los peligros asociados con el incidente.
Los padres dijeron que los médicos les informaron que su hija podría tener que buscar tratamiento para extender su esófago hasta que tenga entre dieciséis y diecinueve años. Mientras que otros niños de su edad están probando alimentos de varias texturas, ella está limitada a consumir alimentos puré, lo que ha impedido su crecimiento.
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