El verano pasado, Alexis Fairchild de 17 años y su amiga Sidney Good resultaron heridas de gravedad en Panama City, Florida, cuando los fuertes vientos desataron su parapente del bote de remolque. A pesar de que entre 1982 y 2012, 73 personas han muerto y otras 1.600 han resultado heridas en accidentes de parapente, la industria opera prácticamente sin regulación. Algo tiene que cambiar, y estamos casi allí.
Estamos alentados de que el Senado y la Cámara de Representantes de Florida hayan aprobado una legislación patrocinada por la senadora Maria Sachs que creará regulaciones que exigirán a los operadores tener $1 millón en seguro, llevar equipo de tiempo real a bordo de sus embarcaciones y evitar que operen cuando las condiciones meteorológicas empeoren.
Esperamos que el gobernador Scott firme esta legislación más importante, que hará que los operadores de parapente sean más responsables al reducir la incidencia de lesiones y muertes graves. Envíemos un mensaje de que Florida es un estado que se preocupa por la seguridad de sus residentes y visitantes.
Debi Chalik